22 de octubre de 2009

eQuiLiBranDoTeaLMaXiMo_


Y de pronto entendiste que nada sería lo mismo, ni la ciudad, ni las luces, ni tu forma de encarar las circunstancias de este extraño lugar. Se había llevado una parte de tí consigo, un pedacito que tardarías mucho en recuperar porque el valor de esos enormes ojos negros se habían llevado lo mejor que tenías. La noche al final llegó, cuando menos lo esperábais y de verdad, con un frío que se te quedó metido en los huesos por mucho tiempo, tanto que aún lo sientes.
El dolor es honesto y los sentimientos más auténticos que nunca, y no hay palabras serenas que valgan, hay un momento en el que crees quedarte sin respiración, pero justo cuando te ahogas, cuando vas a caer hacia un agujero negro, alguien te recoje en brazos, fuerte, más fuerte de lo que hayas recordado nunca y por un instante, aunque solo sea uno, te concentras en la importancia de la palabra esperanza, esa que dicen te enseñará la salida. Cuentas los segundos, los momentos, los días, los recuerdos, y la nostalgia te avisa que el invierno está al llegar, oleada de recuerdos, de noches por Madrid, de manos enlazadas que no paran de gritar. Quieres volar, correr, olvidar, dejar pasar… pero te quedas ahí, mirando la ventana, y te dices que quizá mañana no, pero tarde o temprano, saldrá el sol y que si, que va a brillar de nuevo con mucha fuerza, solo tienes que esperar.

1 comentario:

  1. el sol siempre sale .. no cabe duda..
    que bien vienen unos brazos fuertes en un momento de posible caída..

    Un regalo para ti Edu

    http://www.youtube.com/watch?v=9jhk-Y0SW7c


    Besitos
    Amaia/sansia

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